viernes, 5 de marzo de 2010

Fiesta de Andalucia

Almagro
Festividad de Andalucía y del docente. ¡Que bien! Cuatro magníficos días para hacer un viaje, da igual dónde y casi, casi, con quién.
La propuesta surge, siendo sincero, no me esperaba su procedencia, abierta, la propuesta, a lo que yo decida. Y se me ocurre Almagro, ese sitio donde el teatro es historia, a tiro de piedra de mi otra afición favorita, la naturaleza.
El viaje nos lleva varias horas por autovía y luego un rato por carretera nacional que se hace difícil por no estar muy bien señalizado. Pero es divertido.
El hotel es precioso, un corral reconvertido y decorado con muy buen gusto, un patio central y una balconada, cada habitación tiene el nombre de una obra de teatro clásico español, me ha tocado “El buscón” ¿Qué puedo decir? Habría preferido “D. Juan” o “La vida es sueño”, bueno, “La Celestina” no me habría convencido. La habitación está en la primera planta, no llueve, al abrir la puerta la primera impresión es muy positiva, aunque quizás mas pequeña de lo que parecía en las fotos. No importa, no vamos a estar mucho tiempo dentro.
La noche en Almagro no es muy movida, pero la Plaza Mayor está muy bien iluminada y crea un clima muy idílico.
Sábado por la mañana, desayuno contundente y a Las Tablas de Daimiel, sin prisas, levantándome tarde y disfrutando el camino. Llegamos al destino y un paseo por el recorrido amarillo, nos muestra la grandeza de la naturaleza. El año pasado estuvieron a punto de retirar a Las Tablas la etiqueta de Parque Nacional. Miles de urbanitas, nos congregamos allí para ver el renacer de estas. 50 años hacía que no había tanta agua en los ojos del Guadiana, de los ríos de la península el que tiene el cauce mas irregular, aparece, desaparece y se expande en lugar de seguir un curso concreto.
Cuando acabamos el recorrido, vemos la indicación de un castillo que yo había encontrado en Internet, la seguimos durante un tiempo, metiéndonos en un camino rural, en el que casi dejo el coche, tras varios km decidimos dejar el castillo a sus fantasmas e ir a almorzar. Primera curiosidad, en España a las 3 no puedes encontrar donde comer, todo esta cerrado o cerrando, vaya chasco. Volvemos a Almagro para visitarlo. Genial el corral de comedias, te hace sentir tres siglos atrás. Y aunque existen muchas casas solariegas, no están abiertas al público. Cena y vuelta al hotel.
El domingo, comienza igual que el sábado, relajado y tranquilo, nos esperan las Lagunas de Ruidera, desbordadas de personas y agua. No podemos hacer ningún sendero porque el agua ha decidido colonizar todo lo que se encuentra a su alrededor. Tras algunas fotos y vistas de las cascadas, recorrido completo por La Mancha seca, castillos y molinos de viento evocan a Don Quijote, presente en todos los rincones del viaje, casi, casi te dan ganas de volver a leerlo. Aunque reconozco que me leí la versión infantil, con dibujos. Al fin, llegamos a Alcazar de San Juan y allí nos esperan los gigantes de Alonso Quijano, con sus brazos abiertos y vigilantes, aunque quietos, con sigilo nos acercamos a ellos y toda la planicie penetra en nuestros ojos.
Bolaños y su castillo nos esperan para cenar y ver una obra de teatro de Pepe Tous, con los Ulen, compañía andaluza a la que no he visto en mi tierra. En la cola, esperando, nos acercamos, ya solo nos queda una persona delante, y... horror, le dicen que ya no hay entradas. Bueno, no todo podía salir bien en el viaje. Cena, y descanso.
El lunes se acaba lo bueno, ha sido genial, visita a Valdepeñas, ciudad del vino. Mucho ajetreo en las calles, pero realmente no es una ciudad bonita, quizás tengamos ya demasiadas ganas de volver y poco a poco vamos volviendo a mi tierra, sin prisa, sin carreras, pero ya siento el olor del azahar, y el incienso, la luz de mi sol desaparecido y el aire fresco de la Sierra Morena. Al fin, estoy en casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario