domingo, 21 de marzo de 2010

Capitulo dos

Y en el silencio, tu voz consiguió lo que hacía tiempo que había superado, la mañana se presentó premonitoria, sin saber porqué viniste a mi cabeza, y luego aquella canción me trajo tus besos y se los llevó de repente.
Mientras decidía que hacer con la cartera que había encontrado la tarde anterior, sonó el móvil y eras tú. ¡Qué oportuna!
Suena y suena, tu llamada mensual, decidí no cogerlo como cada vez que suena desde el año pasado.
¿Qué necesidad tengo de sufrir tus palabras? Entre tanto, me terminaba de vestir y decidía si llevar la cartera a la policía, al hotel, o intentar encontrar a la dueña. Dentro no había ningún número de teléfono al que llamar.
La cartera pertenecía a la chica de los ojos dorados, la que me había mirado y había hecho reír a su amiga. Quizás debí entregarla en el momento, pero tenía la esperanza de entregársela en mano a su dueña, y oír su voz.
Mi móvil sonó de nuevo, volvías a ser tú, un mensaje esta vez, no me entiendes, ni yo a ti y así seguimos, varias llamadas más mientras termino de vestirme.
Vuelvo a investigar la cartera. 130€ en billetes, algunas monedas, el dni de la dueña que me desvela su edad y su origen, ninguna de las dos cosas me sorprende, una nota escrita a mano, una dirección quizás.
Insistes, varias nuevas llamadas y otro mensaje, me preguntas que porqué no cojo el telénfono, como si no lo supieras.
Varios tickets de compra, dos de ellos superan los 300€, 5 o 6 tarjetas de crédito y débito y algunas fotos. En dos fotos aparece abrazada con el mismo hombre, lástima, seguro que es el marido.

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