lunes, 30 de abril de 2012

Descorazonado.

Me gusta mucho mi ciudad, reconozco de puertas a dentro sus defectos y ensalzo siempre que puedo sus virtudes de puertas a fuera. Pero hay momentos en los que te cansas de tapar las faltas. Seguro que es mejor hacerlas notorias para que se puedan subsanar. No es que sean graves, al menos aquellas que voy a sacar a la luz aquí, pero cuando se hacen recurrentes terminan por cansar. Probablemente no sean faltas solo de mi ciudad, si no de más de un sitio. Aclárese aquí que cuando hablo de mi ciudad me refiero a mis paisanos, ya que la ciudad no tiene entidad para tener más defectos o virtudes que las que sus ciudadanos muestren. Abril debe ser el mes en que mas trajes se vendan o al menos en que mas trajes se ven por la calle. Los trajes siempre han sido una forma de expresar, como cualquier otro elemento cultural, una posición social, una ideología o unas costumbres. Pues, queridos paisanos, no basta con ponerse un traje para demostrar clase, la clase se demuestra con actitudes. Esas que día a día, me han demostrado que no tienen por mucho traje que se pongan. Por suerte, no todo el mundo. Durante este mes, las aglomeraciones en el metro han sido grandes, y por ello hay que observar unas normas que más que en otros momentos favorezcan el uso adecuado del mismo. Pero, mis muy trajeados paisanos, no son capaces de guardar una cola con orden, y no solo hablo de adolescentes impulsivos, tampoco se mueven para que puedan entrar más personas, y los mismos que piden que se muevan los demás, cuando están dentro, ya no ocupan los espacios. Mis muy engominados paisanos no son capaces de plegar un carrito, a pesar de que se lo pidan por favor, tampoco dejan bajar antes de subir al metro y no digamos eso de ir por el lado derecho en las escaleras mecánicas. Ya sé que el metro aquí lleva poco tiempo, pero quiero creer que la gente ha viajado un poco y ha visto otros metros, Madrid, Barcelona y no digamos en el extranjero. Me descorazona que digamos que vivimos en la mejor ciudad del mundo, cuando ni siquiera somos capaces de seguir unas normas de urbanidad tan básicas. En fin, que espero que poco a poco la gente vaya aprendiendo y no nos tachen de poco cívicos como sin duda yo haría si visitara otras ciudades con esas costumbres.

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