lunes, 17 de enero de 2011

La Nevada con mayusculas.

Con un poco de prisa, como siempre, me siento a escribir este post. Tengo ganas de contar las dos últimas semanas. No ha parado de nevar. Todo esta alucinante, pero al mismo tiempo peligroso y hermoso, vacio y activo, silencioso y helado.

Hace dos fines de semana empezó a nevar y no ha parado todavía, diez días después. No ha sido continuo, ha habido largas treguas, pero no hemos subido de los menos 20 grados.

Y aunque eso es lo que el termómetro marca, la sensación térmica, ha sido la mayor parte del tiempo de menos 30, llegando en muchas ocasiones a menos 35 C.

Como podéis imaginar la nieve deja un aspecto muy bucólico en toda la ciudad. Pero el primer fin de semana las carreteras estuvieron impracticables, aunque no dejaron de limpiar en todo momento.

El lunes estrenaba coche y todo fue genial hasta que entre en la barriada del cole. Lunes por la mañana y no habían limpiado más que las calles principales. Mi pequeño Toyota Echo, se quedo casi a las primeras de cambio. En parte por su culpa, en parte por mi inexperiencia conduciendo en esta cantidad de nieve. Que por lo visto es exagerada incluso para los nativos.
Un alma caritativa me empujó para sacarlo, pero lo hizo hacia atrás y cuando volví a intentar pasar, de nuevo me atasqué. Un segundo ángel me ayudó, y esta vez lo empujamos hacia delante y pude llegar al cole, después de 20 minutos atascado.

He descubierto un nuevo recorrido que me lleva al cole por calles mas anchas y que suelen estar limpias. Ahora solo tengo que tomar dos calles pequeñas y están tan cerca del cole, que si me atasco, dejo allí el coche.

El martes, aun mas temprano, pues ahora también soy el entrenador del equipo junior de baloncesto y tengo que entrenarlo a las 7 am, seguí este nuevo itinerario y fue mas fácil. Pero en un momento, la trazada que estaba siguiendo era más ancha que mi Toyota, así que si ponía la rueda en un lado, el otro lado se levantaba casi 30 cm. Y entre la pendiente, el hielo, y la velocidad de algunos conductores, aquí hay que andar con mucho cuidado para no tener problemas.

Fue una semana de trabajo y casa, casa y trabajo. Mucho más que las otras, ni siquiera bajamos al Hudsons el bar que hay a 50 metros de casa. La verdad es que no apetecía.

Pero este fin de semana hemos salido. Sigue nevando y parece que seguirá hasta mediados de la próxima semana. Por lo visto, se están batiendo records en días seguidos nevando y las cantidades que están cayendo. Podré decir que yo estaba aquí, cuando pasó.

Este fin de semana, no han limpiado las calles, pero aquí todo rueda, nada se para. La nieve llegó en octubre, pero el invierno real lo hizo en diciembre. Era lo que me apetecía experimentar, algo totalmente diferente a Sevilla. Aunque si no hubiera records tampoco pasaría nada.
El hecho es que me encanta, quizás porque solo es para un año, o quién sabe, tal vez dos.

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