miércoles, 6 de agosto de 2014

Notas discordantes

Como el girasol, que prefiere buscar el mar en lugar de seguir al dictado el camino que sus compañeros transitan. El diferente, el distinto, el inadaptado cualquiera de estos adjetivos podría hacer referencia a aquellos que se saltan las normas y los convenios establecidos. Este pensamiento diferente y divergente tan necesario, tan importante y siempre tan mal valorado.
El pensamiento discordante es necesario e imprescindible para encontrar lo nuevo, para encontrar nuevas soluciones a problemas antiguos. El pensamiento discordante es el que nos hace individuos y nos separa de los animales gregarios.
Por que la mayoría casi nunca tuvo la razón, por que la mayoría creyó en la tierra plana y en un sol fijo, porque la mayoría es fácil de manipular y manipula fácilmente, por eso me suelo alinear con las minorías y las causas minúsculas, por que ahí es donde de verdad saben bien las victorias y las derrotas por esperadas no son tan dolorosas.
Infravalorado y desprestigiado este tipo de pensamiento es el que ve la luz donde otros solo ven tinieblas, aquellos que no repiten las mismas acciones, dejan de obtener los mismos resultados y ese tipo de actitud crea individuos, y no individualidades, individuos capaces de pensar, de no aceptar lo aceptado, de plantear dudas, dudas de las que nacen respuestas. Respuestas que suelen llevar a cabo descubrimientos e inventos.
Por eso, como buena nota discordante que me considero, me encanta parecer un loco, y quizás serlo, porque los locos, somos locos porque somos pocos.
Y teñir mi insignificante existencia de rarezas, de diferencias y de peculiaridades, por si algún día doy en la tecla y encuentro la solución al problema que todos buscamos: La existencia.

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